Facundo Cabral recitaba una vez: "Hay gente de tan corta vista mental…".
No es difícil repetir esta frase a veces en el día a día. Yo tengo, ahora, una variación: hay gente de tan corta vista emocional… que afortunadamente logran méritos en otras áres de su vida para tener el aprecio y el respeto de los demás. Personas con un ego avasallante, que se quedaron emocionalmente en la minoría de edad y tratan como pañuelos desechables a los demás. Gente que pretende blindarse de vulnerabilidades dando el primer golpe, sin darse cuenta que en el fondo se defienden sólo de ellos mismos.
Torpeza. No cabe duda que por más racionales e inteligentes que sean, son de una torpeza inexplicable, indispuestos a ver más allá de sus miedos y aprehensiones. De entender que pierden más de lo que ganan, porque los primeros que se hacen desechables al perder el respeto a y de los demás son ellos mismos. Y con ello pierden sus prebendas. Torpes.
2 comentarios:
El zarpazo parece un éxito de adaptación, y ayuda a prosperar en algunas parcelas. Se le nota mucho a quien lo adopta como técnica competitiva. Al final es una desgracia; no porque el universo haga justicia, sino porque los demás son más importantes de lo que calculaba.
Aunque me sienta a veces como un eco, me gusta repetir tus frases: "porque los demás son más importantes de lo que calculaba". Una vez leí un libro que se llamaba El hombre que calculaba... Creo que a día de hoy uno de los cálculos más torpes de los hombres es cuando suma su miedo y resta valor al otro... al prodigio de encontrarse.
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