jueves, 21 de agosto de 2008

Silencio (II)

Ilustración: Te busco y no te encuentro VII. Javier Azurdia.

Creo que lo mejor que podía hacer era silencio. Con la confianza y la cercanía a él se le soltó la lengua, aunque el sueño debía ser entonces un requisito obligatorio. Pero se saltó la obligación y le pudo la comodidad. Se sentía cómodo. Se veía cómodo. Y yo hice silencio, para no molestar.
Trate de hacer silencio luego para el descanso, aunque ése lo logré menos.
Y luego, al día siguiente, seguí haciendo silencio para no trasgredir libertades ni independencias, propias y ajenas.
Lamento que mis silencios perturben. Sólo trato de estar, en ese aquí, en ese ahora, estar. Con mis cinco sentidos.

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