jueves, 21 de agosto de 2008

Estridencia

Ilustración: Aparición del rostro de Afrodita. Salvador Dalí.

El sigilo duró poco. Aunque lo había visto venir, la defensa sonó con estridencia. La previsión me sirvió de poco. El escepticismo me sirvió menos. El miedo retumbó en una pregunta. Y ya puestos en el escándalo, decidí abrir la caja de los truenos de una verdad velada y sensible. Y esa noche no hubo silencio. El ego, en palabras merecidas y no, no dejó de hablar.
Entiendo ahora más el horror del Dr. Jekyll frente a su Mr. Hyde.

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