jueves, 16 de noviembre de 2006

Silencio y violetas

Ilustración: Violetas. Romm.

Los trayectos en coche me hacen estar callada.
Creo que es porque la sensación de rodar y ver las cosas pasar a mi alrededor tiene sobre mi un efecto casi hipnótico. Supongo que esto pueda ser un inconveniente al conducir, pero mientras tanto me entretengo bastante como pasajera.
Por eso esa noche estaba callada, al menos más de lo normal. Era eso sumado a la música y a su presencia. La presencia –y digo más, la cercanía- de las personas me producen efectos muy diversos. Siempre he creído que defiendo mucho mi espacio vital, pero no puedo negar que hay cercanías que más que invadirme me hacen sentir muy a gusto. Y era el caso. Luego esas voces en francés, Aretha… era todo como muy cómodo para decir algo que sobrara.
Por primera vez me obsequiaron un aroma a violetas. Esa fragancia me hizo venir en descubrimiento de algo: creo que nunca había olido violetas. No era una fragancia que me fuera familiar ni que me trajera recuerdo alguno. Ni siquiera despertaba evocación asociada a alguna idea. Debe ser por eso que me cuesta asociarla a mi. Aunque creo que los olores, como el resto de las percepciones sensoriales, se graban con las circunstancias. Ahora cada vez que huela violetas recordaré una voz rasposa que cuando se lo permitía me arañaba la curiosidad, y unos ojos que parecen llevar consigo muchas penas inextintas y tristezas sobrevivientes. Una mirada triste a la que en la oscuridad y en el silencio le brilla la ternura.
Eso. Una mirada que huele a violetas.
Así lo recordaré.
¿Me recordará él a mí cuando huela a violetas? O cuando vaya en el coche –preferiblemente de pasajero- y de repente se encuentre haciendo silencio mientras mira las cosas al pasar?
Insisto. Las circunstancias graban ciertas percepciones sensoriales.
Y al releer mis preguntas una vez más me sorprende la manía de todos por quedarnos en el recuerdo de los demás. Nos gusta pasar de nuevo por su corazón. ¿Tendrá eso que ver con el deseo de tener hijos, plantar un árbol, escribir un libro…? El llamado instinto de permanencia…

1 comentario:

Liliana dijo...

a mi me gusta pasear en coche y también me produce el quedarme callada, lo hago meramente para despejar mi mente de todo el stress de la vida.

P.D.
la fragancia a violetas es una de mis favoritas