lunes, 16 de octubre de 2006

Se dice pronto

Ilustración: Plaza de España. Madrid.

Se dice pronto. Cinco años son dos palabras que se dicen pronto, pero aunque el tiempo pase veloz cuando uno se divierte, en cinco años ha pasado mucho. Soy y no, la que era, la que fui.
Hace cinco años llegué a Madrid de madrugada en un tren cama que venía de Francia. Como el tren, arrastraba una larga hilera de experiencias como vagones, tras unos meses intensos y vitales –y mortales- en el país de Descartes, que puso a prueba mi razón con todo y su método. Llegué pronto, así que los brazos que me dieron la bienvenida no llegaron sino una hora después, y en ellos me abandoné cansada, incrédula y herida. Y ellos, esos cuatro brazos me atendieron como a un animal lastimado, me pusieron ungüentos y vendajes en las magulladuras y acercaron agua a mi boca para volver a creer.
Dos horas más tarde caminaba por la Gran Vía, la calle de la Princesa, alcanzaba la Complutense y hasta llegaba a creer que no todo estaba perdido. Y no lo estuvo. Allí comencé a ganar el doble.
No me cabe la menor duda que vine a dónde tenia que venir, aunque no todos los días sean fáciles, aunque los primeros años fueran tan duros, aunque los siguientes fueran tan vertiginosos.
Aquí conocí y me hice amiga de mi soledad, la gran aliada, aunque a veces me tome mi tiempo en entenderla. Aquí me conozco y reconozco en las miradas de mis amigos, esa familia urbana y universal que se ha creado por la voluntad y el cariño sincero. Aquí camino y me reencuentro en cada esquina, como quien enciende luces al pasar. Aquí descubro y me maravillo del amor familiar, y del tesoro de cada uno de los que me esperan siempre en Maracaibo. Aquí en Madrid, desde hace cinco años.
Aquí estoy, aquí soy. Esto también se dice pronto.

2 comentarios:

Liliana dijo...

el tiempo hace que atesoremos lo que hemos vivido y lo que no.

Blueyes dijo...

a mi me paso hace un año.