
A mi querida J, por su familia de mar.
Esta tarde la familia tenía aroma a mar. El mar llegó con ellos. Llegó hasta mis sentidos, siempre con sus buenos augurios, sus arrullos, sus silencios.
Me sentí como en casa, de nuevo, con voces dispersas en múltiples conversaciones, manos que van y vienen de la mesa a la cocina y de nuevo a la mesa, las carcajadas de los niños, la diligencia de la madre, las sonrisas resueltas de todos.
Estábamos con "nuestra" familia gallega, de visita en Madrid, pero era como si estuviéramos frente al mar. Escuchaba hablar de las rías, y era casi como si ya hubiese estado en Ribeira a través de sus sentidos. Y fue como repetir esas concurridas reuniones familiares en Maracaibo, con voces dispersas en múltiples conversaciones, manos que van y vienen de la mesa a la cocina y de nuevo a la mesa, las carcajadas de los niños, la diligencia de las madres, las sonrisas resueltas de todos. Me sentí profundamente privilegiada, y cuando menos agradecida.
Cuando se está lejos del hogar, uno se vuelve un ciudadano de ninguna parte –y de todas-, huérfano a ratos, pero en momentos, en prodigiosos momentos como esta tarde, una se convierte en hija, hermana, tía, cuñada de una familia que te acoge como si te hubiera traído un buen día el mar.
Y de nuevo te sientes arropada, y hay quien se ríe de tus chistes malos y discute el partido, y te pregunta como está la comida, y te pide que la ayudes a servir, y comparte contigo el último trozo que quedaba en el plato, y brindas y ríes la nueva gracia de los niños- cuidado que están debajo de la mesa-, y te sonríe el alma al ver sonreír sus caritas y tu corazón vuelve a sentir esa inefable sensación de pertenencia.
Y es como estar, con tus cabellos alborotados por la brisa, oliendo el mar.
1 comentario:
Sencillamente genial, maravilloso. Si en otra ocasión creo que te dije que el texto no me transmitía demasiado sentimiento, cercanía...éste es sobrecogedor, terriblemente vívido, visual...como si estuviéramos allí contigo...y eso me hace entender y compartir contigo ese sentimiento de ciudadana de todas y ninguna parte, esa capacidad para apreciar la "hospitalidad", la "entrega", el regalo de la presencia de gentes que se convierten en tremendamente cercanas, en "familia alternativa", con las cualidades que eso tiene y que no posee la "familia natural" y con las que se acaba compartiendo cosas tan importantes...De eso creo que me hablabas el otro día...Eso creo que tratabas de transmitirme, enseñarme, el otro día...como tantas otras cosas...
Por eso creo que me estoy enganchando tanto a tu blog, a tus palabras, a tu existencia...junto a algunas de tus recomendaciones, como Ángeles Mastretta...y tanto de que hablar...
En fin, gracias, otra vez, por ser, por seguir siendo, esa "maestra-gurú" y aparecer en el momento adecuado.
Por cierto...creo que me estoy acostumbrando a escribirte aquí en lugar de a tu correo...pero...bueno, así te escribo nada más leerte...Si quieres que cambie no tienes nada más que decirlo.
Cada vez con más cariño: Jose
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