jueves, 19 de abril de 2007

Un año

Ilustración: Olvido. Nicoletta Tomas.

A las 2:18 de la tarde, hora peninsular española, el 17 de abril de 2006 colgué mis dos primeras anotaciones en este blog. Hace, entonces, un año.
Había decidido cerrarlo hoy. Con una despedida parca pensaba anunciar la no actualización. Las razones eran varias. Pero supongo que la que más me resonaba en la mente era la poca interacción con mis ¿lectores?. Ni ellos me posteaban, ni yo visitaba los blogs de aquellos más o menos fieles que en algún momento se tomaban el tiempo de dedicarme alguna letra para saber que estaban allí.
Me aburrí de hacer marketing entre mis amigos para que comentaran, así que dado que la interacción es la piedra angular de un blog, poco sentido le veía a seguir vertiendo unas letras reiterativas y ya casi mudas. ¿Existe realmente el sonido del árbol que cae en el bosque si nadie lo escucha?
No sé si de verdad ha sido una casualidad, o es un espejismo, pero el caso es que me he tropezado, sin quererlo con un lector espontáneo de mi blog, o al menos eso me ha dicho él. Dice que se tropezó con él en un punto indeterminado entre España y Canadá, en un vagar que aún no termino de tener claro. Y tampoco creo que me haga mucha falta tenerlo.
En cualquier caso he decidido celebrar mi año con un brindis solitario y darme una prórroga. Quizás, después de todo, el árbol de mis palabras exista para alguien que lo escucha, incluso, en la distancia.

"Siempre podré pedirte que me leas algo después de hacerte el amor".
mariosx

8 comentarios:

nomecentro dijo...

Números, números... Un sólo paisaje basta.

Anónimo dijo...

feliz año...deja que el niño siga creciendo, pues lo único que lo diferencia de otro niño escrito, es que a diferencia de éste, lo puedes borrar con clip, pero si hubiera sido públicado con portada en pasta dura, una vez en el mercado, ya hubiese sido libre, y algún día llegaría a las manos de aunque sea 1 persona que quizás y hasta le cambié la vida...vida, un beso

nomecentro dijo...

En aras del futuro:
El más esperanzado Marzal sigue encerrando peligros. Sólo hay que arriesgarse a que se den las ocasiones de tropezarse con crueles realidades cuando se tiene el ánimo en buen estado. La experiencia garantiza tan pocas cosas del futuro que la apuesta es poco más que un acto de fe forzado y en mal momento. Aunque la voluntad también haya participado, nadie se cuestiona la decisión de haberse agarrado a lo poco que tenía a mano.

Busaquita dijo...

Yo me alegro de la prórroga...me felicito a mí misma por cumplir un año visitándote...

Anónimo dijo...

Aunque tarde, como últimamente, no sé si darte las gracias por haber decidido continuar o pedirte desesperadamente: ¡¡Por favor, no lo cierres nunca!! No nos cierres a tus lectores esta oportunidad de seguir imaginando, reflexionando, sintiendo...a través de tus maravillosos conjuros de palabras.
Aunque inconstante y variable, tanto en la lectura como en los posts, me cuento entre los privilegiados que pueden disfrutar de tus letras, por eso te agradezco tanto tu prórroga que siento para tí y para mí...
Por cierto, ayer mismo me dijiste: "No te des por vencido antes de tiempo".
Besazos.

Liliana dijo...

yo he pensado también en cerrar mi blog y quizá lo haga algún día cercano, sin embargo, es mío y hay alguien que lo lee, yo, jeje!! así que canela deleítese en sus letras, en la expresión de sus sentimientos y como dice tropiécese con los lectores (aunque no sé si se tropezó en la calle o el ciber espacio, jeje, todo es posible) y que la hoja suene aunque sólo la corteza de su tronco la valore.

Anónimo dijo...

Me gusta la canela, y me gusta tu blog, he llegado hasta aqui por el google, buscando la palabra "canela"

Y me he leeido todas las entradas.

Espero que la vida le trate bien :)

An-tonio dijo...

Ves como esto no se puede cerrar? YO, por ejemplo, he despertado a las seis de la mañana y llevo veinte minutos leyendo. Es cierto que hace tiempo no me doy un paseo por aquí, pero sé que está ahí... tampoco voy todos los días al parque del Retiro.

Un beso, Canela... en todas las posibles formas de tu espléndida sonrisa.