jueves, 27 de julio de 2006

Vuelves

Ilustración: Raíces. Frida Kalho.

Vuelves a vivir cada vez que recuerdo esas charlas interminables recostadas en la cama de la abuela o en ese rinconcito del jardín de casa cuando me contabas las historias de la familia, tu infancia precaria y la madurez precoz y forzada de tus hermanos.

Vuelves a vivir cada vez que me viene a la memoria la fiereza con la que defendías tu honestidad en ese mundo de hombres de tu trabajo, expertos en hacerse la vista gorda a sobornos y malversaciones, que le hacían la vida de cuadritos a tu dignidad y tu ética.

Vuelves a vivir cada vez que llevo puesta esa última camiseta que cosiste con tus manos para mi, y sonrío sólo de recordar ese ímpetu tuyo por ser original y excéntrica.

Vuelves a vivir cuando frente al ordenador revivo esas horas de los domingos por la tarde cuando me dictabas tus cifrados informes técnicos y te explicaba una y otra vez como usar sola ese procesador de palabras que siempre te dio quebraderos de cabeza.

Vuelves a vivir cuando miro tu foto y me viene a la nariz el olor de tu cabello, a la piel la aridez de la palma de tus manos que siempre te preocupaba producto de ese trabajo de hombres que elegiste, a los oídos la resonancia de tus carcajadas por una anécdota imposible de cuando pintabas toda la casa cada final de año, a la boca el sabor de las pepitas de caujil que asabas y compartías conmigo cuando ocurría el prodigio de encontrar unas cuantas en el patio de la casa.

Vuelves a vivir siempre que pienso que te encantaría Madrid, y que esto se parece más a tu lugar en el mundo que Maracaibo.

Vuelves a vivir porque gracias a ti aprendí el valor del esfuerzo, la tenacidad, la honestidad, la creatividad, la responsabilidad, la meticulosidad, la entrega, la fortaleza.

Vuelves a vivir porque siempre te recuerdo. Siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otra vez y sin cansarme, GRACIAS: Gracias por transmitirme una vez más la intensidad e importancia de la vida en esos "Instantes especiales", revelando, una vez más, que son los que nos llenan, los que nos hacen crecer y, sobre todo, si como tú, somos capaces de recordarlos en su intensidad y revivir con ellos a la persona con quien los compartimos, quien nos transmitió y enseñó la profundidad e importancia de cada uno de ellos. Y eso me conmociona, me interpela, me recuerda la esencia vital...