viernes, 2 de junio de 2006

Implacable

Ilustración: Eva. Maria Clara Rossi.

Hay caminos que se rehacen, varios meses o años después. La metáfora de la espiral aplica fenomenal para los que siempre aprendemos. Las experiencias se viven, a veces repe, pero en cada oportunidad de encuentro –o desencuentro- el área que sigue el trazo es mayor, de manera que las circunstancias –tiempo en carne viva- se experimentan con más recursos personales de los que se contaba la primera vez que se dibujó. Así se puede prescindir de sobrestmaciones y subestimaciones.
Mientras me comienzo a despedir de esta primavera recuerdo el encuentro adulto con la ternura. Subrayo, recuerdo (volver a pasar…)

***

Siempre había creído que la ternura era una condición demasiado dulce, más que dulce, empalagosa, pegajosa, y que como el color rosado y los claveles, estaba en ese espacio de las cosas que prefería ver a prudente distancia.
Pero la ternura, esa implacable, esa vez no sólo llegó de puntillas en mi vida. Tomó por asalto mi piel esa noche, en la víspera de mi cumpleaños, y se metió desde entonces a tientas en mis sueños…
Llegó primero como halada de la calidez de su trato, el de él. Se fue colando aún mas allá mientras más se encendía su mirada. Terminó de atravesar el umbral de lo posible con la delicadeza de su tacto, el entusiasmo de sus labios, su dedicación…
Y entonces caló. Caló como esas certidumbres que inexplicablemente convencen sin necesidad de decir una palabra a su favor...

***
En mi precocidad afirmaba que la ternura reñía con la fortaleza. Un día de invierno, caminando por Londres ví unos zapatos de color rosa viejo en una vitrina. Hoy los llevo puestos, y aunque no sea ésta la causa -más bien una evidencia- mi trazo en la espiral es menos torpe, cada vez.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La espiral como metáfora del aprendizaje vital...¡¡Genial idea!! No te la había escuchado, pero me ha encantado leerla...tu forma de expresarla...
Y, por supuesto, el tema del resto...La Ternura(para mí, casi siempre ha de ser con mayúsculas) y esa extraña relación que, no solo tú, algun@s, establecen con la debilidad o, mejor, con la "vulnerabilidad"...cuando para mí, la ternura nos hace más grandes, más "eternos", más capaces de compartir nuestras "profundidades" (las "miserables" y las "sobrehumanas") y conectar con las de aquellos a quienes elegimos...y esa "especie de complicidad" que se genera con quienes las compartimos...
Quizá por ello Benedetti es quien es para mí...y Amelie, Despabílate amor...tan inolvidables...
Una reivindicación: esta es una de las peores consecuencias de la educación machista de nuestro país...¿alguien se ha parado a pensar las terribles "secuelas" emocionales que para los hombres de, calculo, entre 25 y 40 años, ha tenido la educación machista? ¿Lo difícil que ha podido ser (y aún es) enfrentarse a las posibles "reacciones sociales" de mostrar en público los sentimientos, la ternura, unas lágrimas de dolor, de pena, alegría o incluso, de amor propio...? Parte de un camino por recorrer aún por una parte de nuestra sociedad...a pesar de los "supuestos" estereotipos del "nuevo hombre": el metrosexual, el "uber" sexual (si es que se escribe así) y otras "zarandajas"....

Anónimo dijo...

Por cierto, casi se me olvidaba: Genial la descripción del momento en que la ternura "tomó por asalto tu piel"...Casi me hace estremecer.

Busaquita dijo...

¿por qué a veces nos damos cuenta de que es la tercera vez que pasamos por el mismo punto y no aprendemos?
ya no es una espiral, sino una serpentina antes del feliz soplo que la hace volar sobre las cabezas...

Anónimo dijo...

Hoy se cumplen 18 días sin ningún nuevo texto...tus lectores y admiradores lo echamos en falta, te echamos en falta...y nos preocupa un poco...¿tendrá algo que ver con tu momento vital esta repentina y, esperamos, breve "sequía literaria"? Mucho ánimo.

edwinvento dijo...

ese otro ser de "buscando caminos" coincide en posición conmigo con respecto a la TERNURA: pues nada más IMPLACABLE que un accionar el todo con ternura, con cariño, es la mejor arma, para usar terminos bélicos y por qué no, erradicar la GUERRA; aunque a veces nenecesites explotar a GRITOS, aunque casi siempre, en mi caso,sea para gritarme a mi mismo, cada vez que tropiezo por N veces en el mismo espacio de tu metafórica en espiral.
Por eso, como a escondida escribi aquella carta que nunca existio, para gritarte de mi. Como añoche cuando en 59 minutos casi exactos, nos GRITAMOS NUESTRA IMPLACABLE TERNURA...luego, dormi, con paz, descanse.
Anoche recorde la amitas, anoche recorde la fuerza de las palabras, anoche supe de bioquica, anoche supe de ti. GRACIAS

edwinvento dijo...

por cierto, perdon a ti y tus lectores por los errores cometidos,,,eternamente, jajajaja