lunes, 17 de abril de 2006

Conjuros

llustación: Todo el viento sopla hacia ti. Nicoletta Tomas.

Aprendí a escribir desde la tristeza. Más tarde, cuando lo conocí, desde el dolor. Escribía para exorcizar la impotencia y la melancolía que sentía mi ánimo cuando los pájaros de la desolación volaban sobre él. Escribía para conjurar con un no lo improbable y con un sí lo posible. Y desde entonces me quedó la costumbre de conjurar con las palabras, aunque luego creyera, descreyera y volviera a creer en las casualidades –y por ello mutaran mis conceptos de improbable y posible-.
He escrito por trabajo, objetiva, verosímil, económica. Y funcionaba muy bien… para los demás. Sé que con ello puedo ganarme la vida. Y me la he ganado a pulso, nunca mejor dicho.
Tras varios viajes, he aprendido a ir ligera de equipaje. Y entre lo indispensable se encuentra el sortilegio de las palabras, quizás por eso –corrijo, seguramente por eso- mi manía por la precisión en su uso.
Con manía y todo, tras tantas idas y vueltas –y las que quedan- ya no sólo escribo desde el desánimo y la pena. Ahora escribo como si de mirar se tratara… como escuchar, como oler, como saborear, como sentir… inevitable, qué le vamos a hacer. Aprovecharlo mientras dure.
Aún siguen ganando en número las letras cargadas de melancolía, como todo domingo por la tarde, sirva esto de advertencia para los visitantes.
Tras varias muertes, propias y ajenas, hay hábitos de los que por ahora no quiero deshacerme. Y así, sigo conjurando…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuenta Heródoto que la canela cabalgaba el viento de Ceilán para colarse por las ventanas de sus moradores. Sólo así era posible la ilusión de asirla... Su tronco, más de 10 metros besados por el sol, se erigía en lugares recónditos vigilados por seres alados.

Algo de su destino, el de la canela, parece acompañar al tuyo, hija de la ciudad del sol amada...

Anónimo dijo...

Tiembla mundo pues contemplas el nacimiento de un nuevo genio del mal!!! No os dejeis engañar por sus especies olorosas, dulces y de aspecto terreo, ya que con este despertar a la red solo pretende corromper vuestras ideas y mancillar los campos de vuestros sueños.

LLorad por aquellos de vosotros, jovenes efebos, que caigan en sus ávidas manos de dicha y embriaguez, cubiertas por los mantos, ahora corruptos para siempre, de la melancolía y la absolución.

"Y que el Cielo, con todos los poderes que allí habitan, se levante contra él, le maldiga y le condene, a no ser que se arrepienta y preste justa satisfacción. Amen."

Anónimo dijo...

Un siete de septiembre llegaste a mi envuelta en una burbuja, así cruzaste el Atlántico para enseñarme a que se puede escribir desde todos los rincones de los sentimientos, desde la más infinita y orgásmica felicidad hasta la tristeza más sórdida. Siempre viajo con tus palabras y con esas burbujas...con olor a canela.